lunes, 15 de septiembre de 2008

El escalofriante relato del descuartizador de una pareja argentina


El hombre que es juzgado por el crimen de Claudia Castelo Castro y José Gómez Rodríguez aportó detalles de los hechos, sin inmutarse. Fue ayudado por su novia para despedazar a las víctimas
Al asesino Manuel Antonio Prado Riveiro pareció no gustarle que la pareja de Castelo Castro y Gómez Rodríguez lo acusara de haberlos estafado y tomó una violenta represalia.

Le habían comprado un auto a Prado Riveiro por 4.000 euros, que éste no les había entregado y lo acusaron además de intentar venderles un vehículo robado. Luego de una discusión entre la pareja y el asesino y su novia, la joven Claudia Castelo Castro fue a su trabajo y su novio se quedó sólo en su departamento con Prado Riveiro, que aprovechó una distracción de Gómez Rodríguez y le dio varios martillazos en la cabeza. Luego, ya inconsciente, le dio 20 puñadas.

Después de ese asesinato, robó las llaves de la casa y de la camioneta de la pareja envió a su pareja, Adriana Amoedo Carreira para que vigilara a Claudia en su trabajo.

Cuando Claudia regresó por la noche a su departamento, éste estaba totalmente a oscuras y el aesino se abalazó sobre ella y la mató con ensañamiento.

Según consigna el diario Clarín, un día después la pareja de asesinos compraron una sierra y una cuchilla para descuartizr los cuerpos. Al otro día se llevaron los restos en el cochecito del bebé de las víctimas en la camioneta de la que le habían robado la llave. Viajaron tres kilómetros hasta una zona descampada en las afueras de la Coruña para dejar los cadáveres descuartizados y fueron a comprar una pala y cal viva para intentar no dejar rastros.

Pero cuando se disponían a volver, la Policía ya estaba alertada.
La pareja de asesinos conocía a la de las víctimas y se visitaban con frecuencia. Prado Riviero había tomado concacto con Gómez Rodríguez en una cárcel. Las víctimas habían sido drogadictas, pero estaban recuperadas y llevaban una vida normal.

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